Los tres cerditos de David Wiesner

Todo comienzo es difícil, pero una vez puesta la primera piedra, el camino va cobrando sentido... La primera piedra de este camino se llama Los tres cerditos y con ella esperamos disfrutar del camino. 


Empezando a lo grande, así considero, que empiezo mi aventura en la redacción de un Diario de Lectura, la obra de David Wiesner, no es una obra común, no es una obra que siga las tan delimitadas y estrictas líneas que caracterizan al género, es una obra que va más allá, rompiendo con todas las convenciones impuestas, produciendo una sensación de distanciamiento con todo lo leído hasta ahora.


No podemos comenzar a comentar la obra, sin antes conocer a la mente pensante y creadora que hay detrás de la obra, David Wiesner es un ilustrador y escritor estadounidense de libros infantiles, sus obras han sido traducidas en más de doce idiomas y ganando numerosos premios en su vida de creación literaria, sirva de perfecto ejemplo la obra de Los tres cerditos que fue galardonada en 2002 con la medalla de Caldecott, la cual es entregada al ilustrador más destacado de libros estadounidense. 

El libro comienza de la manera por todos conocida de esta historia, pero, algo sucede... parece que estos cerditos no van a ser tan inocentes como los de la historia tradicional, cuando el lobo llega a la primera casa y sopla con todas sus fuerzas, pero en esta ocasión el cerdito sale volando de la hoja, de esta manera se produce el primer salto de mundos, desde la ficción a la realidad, este salto entre mundos se va a producir más veces, cada vez que sucede, el lobo se siente más contrariado, este sentimiento del animal lo podemos notar tanto en las ilustraciones como en el propio texto que se presenta en las mismas.




Es el primer cerdito, el que va a salvar al segundo, que vive en la casa de madera, por tanto este cerdito también realiza ese salto de mundos y juntos van a por el cerdito que vive en la casa de ladrillos, el lobo cada vez se presenta más desconcertado por la situación tan atípica que esta viviendo. En el momento en que los tres cerditos se encuentran fuera del cuento, son libres, se entretienen jugando con las viñetas. Un importante cambio que se observa nada más producirse el primer salto a la realidad, es la forma en la que están ilustrados los cerditos, cuando salen de su propia historia, no están representados de la misma forma, adquieren una forma tridimensional en un espacio únicamente coloreado de blanco en el que están todas las hojas del cuento, además, cuando mantienen conversaciones, la forma en que se presenta las mismas también cambia, ahora sus diálogos se encuentran en forma de globo.
Tras el caos que han generado jugando con las hojas del cuento, hacen un avión de papel con el que viajan en el mundo de los cuentos, se adentran en ellos, y es aquí donde percibimos otro de los cambios destacados, la ilustración de ellos mismos, se contextualiza con la obra en la que se encuentren, es decir, adquieren el prototipo de ilustración característico de la obra, cuando salen de la obra se llevan consigo, a seguir el camino de esos animales con pezuñas inquietas y con ganas de conocer ese mundo, al gato violinista. Trasteando entre los cuentos, se entrometen finalmente en el cuento del dragón y lo rescatan del caballero, en este mismo cuento también se observa como cambia la ilustración de ser tridimensional pasa a estar representada al estilo de lápiz. 

Cansados de vivir aventuras tan intensas los cerditos y los dos nuevos compañeros que tienen, deciden re-ordenar todas las hojas del cuento que se han salido, por que tienen un ingenioso plan para ganar al lobo. Una vez dentro del cuento original, el lobo llama a última casa, pero los cerditos esta vez sin ningún reparo ni tipo de miedo, le abren la puerta, para sorpresa del lobo, esta vez no estaría detrás de la puerta un jugoso y apetecible cerdito, si no la figura de un enorme dragón, tras este imprevisto el lobo huye despavorido. Finalmente los cerditos y los nuevos personajes de esta historia para celebrar su triunfo, preparan una sopa de letras con el propio texto de su cuento. 

Este libro álbum es una obra muy interesante para trabajar dentro del marco de la LIJ, pero esta obra no es una pura casualidad, su éxito no ha surgido de la nada, sino del empleo directo de muchos recursos: el salto de las páginas, el entrecruzamiento de sentidos entre el texto, la ilustración plana y el escape tridimensional de los cerditos. Sin embargo, si por algo se caracteriza esta obra es por la metaficción más que evidente en ella, donde el propio libro aparece como objeto dentro del relato, más en concreto, metaficción de costado donde el protagonista se marcha hacia otros libros, hacia el costado de la realidad. Entre los procedimientos metaficcionales que encontramos podemos destacar los siguientes: 

- La tendencia hiperrealista con la que se ven representado los cerditos tanto en la tapa del propio libro como cuando saltan las hojas, aumentando el grado de iconicidad.

- Comentario auto-referencial ya que en ciertos momentos los cerditos hablan de la propia historia que están viviendo y dándose cuenta de las modificaciones que inciden sobre ella. 

- La materialización del vínculo entre texto funcional y lector un claro ejemplo de este procedimiento es el siguiente:



A nivel personal, la obra me ha gustado mucho por diversas razones: por su especial cuidado en las ilustraciones adaptándolas al contexto cuando es necesario, por la inclusión de otras historias que al final resultan clave para resolver la original, por la tensión que se genera al querer tornar la hoja, y por el final, que a pesar de no ser el que estamos acostumbrados, sigue resultando igual o más placentero de leer. La obra, la he leído de una forma totalmente pausada, disfrutando de cada ilustración y de cada cambio, volviendo hacia atrás cuando quizá sentía que me había perdido algo, pero no, era simplemente el fruto de la metaficción, que nos lleva a confundirnos también a los lectores. 

En conclusión, esta obra la considero como fundamental para entender la metaficción literaria y como buen ejemplo de libro álbum, es por ello, que en mi futura práctica docente sería lo más probable que esta obra esté seleccionada dentro de mis actividades planteadas, no sin antes, haber dado a conocer la obra original de Los tres cerditos, para que el alumnado pueda establecer las conexiones correctas y llegar a entender bien la obra.  Para trabajar con ella como propuesta didáctica trabajaría con la actividad llamada "booktrailer" que consiste en hacer un trailer como los utilizados para las películas, pero adaptándonos a nuestro contexto y haciendo algo conciso y breve. En esta ocasión elegiríamos las ilustraciones más relevantes del libro e insertaríamos texto debajo de ellas, las imprimiríamos y las graparíamos en forma de dossier, pero sin desvelar el final de la historia, esta actividad se podría realizar en pequeños grupos, realizando cada uno un booktrailer distinto y personalizado.

Por último, como recomendación tras esta lectura, invito a leer y disfrutar otra de las obras de David Weisner para seguir conociéndole, Sr. Minino un elegante felino blanco y negro al que no parecen interesarle los típicos juguetes para gatos, pero entonces descubre una pequeña esfera de metal con patas que guardará una gran sorpresa.
Wiesner, D. (2013). Sr. Minino. Barcelona: Editorial Océano 

Bibliografía utilizada: 

Biography of David Weisner. Recuperado de: https://www.hmhbooks.com/wiesner/biography.html

Cippitelli, A. (7 de julio de 2013). Los tres cerditos de David Weisner. [Mensaje en un blog]. Pasen y lean. Extraído el 31 de marzo de 2020 desde http://pasenyleanliteratura.blogspot.com/2013/07/los-tres-cerditos-de-david-wiesner.html

Díaz, S. (24 de agosto de 2012). La metaficción en el libro álbum parte 3. [Mensaje en un blog]. Donde viven los libros. Extraído el 31 de marzo de 2020 desde http://www.dondevivenloslibros.com/2012/08/la-metaficcion-en-el-libro-album-parte-3.html


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